Te me vas escapando entre los dedos, como se me
escurren estas palabras sobre el papel; como descienden o mejor dicho
caen de mi boca en silencio, pequeñas ratitas autómatas que sin
quererlo yo, forman tu nombre, forman tu cuerpo, forman y deforman lo que yo creo
de ti. Cuántas veces las he reprendido, cuántas amor, cuántas veces insistí en ello; las confesiones ni a los curas ni
a religiosos ni a nadie que pueda escudriñar un corazón. Igual
lo hacen, siguen formando un cielo y un infierno en cada página que escribo. Ya
no soy más dueño de ellas, ya perdí esa batalla. Ellas son dueñas de mí,
me usurpan, me derrotan, como me derrotó tu mirada una tarde de primavera u otoño,
ya no lo recuerdo, porque no importa, importa que bajo el sol que bañaba esas horas fuiste mía, te hice mía para siempre y que ahora te me vas escapando, y
ya no tengo forma de asirte a mi…
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Publicadas por
Matías Altamirano
El camino que no tomé - Robert Frost
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