Arte
Yo quisiera hacerle al arte, lo que el arte me hizo a mi. Quisiera estrujarlo, escupirlo, rodarlo por el piso, llenarlo de símbolos oscuros, inútiles, falsear su verdad. Quisiera mostrarle caminos imposibles, un Etc Enorme. Y entonces, cuando agonice en el suelo, embolsarlo, etiquetarlo y venderlo al mejor postor.
Comentarios
¿Harías eso, Mati?¿Estás seguro? Yo no te veo vendiéndote al mejor postor ni por todo el oro del mundo, pero bueno...me puedo equivocar y que lo que diga sea solo un deseo basado en mis propias convicción de defensa de la honra del arte que uno eligió por expresión.
Jodido que es uno, nomás.
Lehitraot
Qué bueno es por un momento encontrar un puerto amigo, como decía Hess no?
Coincido con Gavrí, yo no creo que fueras capaz de eso, pero uno a veces siente en lo mas profundo que todo ha sido en vano. Que estás muy perdido en esos imposibles caminos y que tenés muchas ganas de mandar todo el c--ajo. Hoy tengo uno de esos días. ¿Qué es esto de amar tanto algo y no poder mas que recibir escupitajos, rodeos, y de vez en cuándo alguna lucecita allá al final del camino, como un hueso para el perro flaco?
Yo te entiendo Matías, te lo dije ayer, pero tiene razón Gavrí, es un mal momento. Una caída de plena jeta en el barro. Luego uno se levanta y anda. Y vuelve a defender con lo que puede y tiene, el aire.
Digo el arte ;)
Besos!
Diga carajo, m'hija, que si es escritora y le tiene miedo a las palabras porque no puede sonar muy fino el texto, tendrá merecidos los escupitajos, por lo menos los míos.
Ahora en serio ¿ustedes piensan, chicos, que el mercado como está, distingue lo bueno de lo malo y de lo más pior y además de lo más pior de lo pior (que no sería nada, porque peor es peor) distingue lo mediocre?
No, no lo distingue ni distingue nada. Ya no son aquellas épocas en que se premiaba a los buenos porque eran buenos y para eso estaban los premios, para dárselos a los escritores buenos.
Ahora no es así. Ahora el único que corre es el caballo del comisario y todos los fallos de concursos son ridículos, como el de la corte de Tucumán con el caso de Marita Verón.
Desanimarse es natural. Todos nos desanimamos alguna vez, pero tirar a la mierda las cosas no, porque escritor se nace y es algo que por más que nos lo queramos desprender como una baba del diablo que se nos quedó pegada, va a volver y volver y volver.
Ya la gente no entiende lo que es la literatura, porque la literatura está prostituída. La prostituyeron las editoriales, las apuestas comerciales y lo que es más triste: internet, donde una manga de inútiles que no leyeron un puto libro en su puta vida, aplauden a cualquiera como si fuera uno de aquellos premios Planeta, que ganaban los buenos escritores, en épocas pretéritas.
Cualquiera da un taller literario y arruina a cincuenta tipos que le pagan para que los arruine. Les arruinan las sintaxis, las ideas, juegan al todo vale, cuando en literatura el ejercicio del código es el arma fundamental de la comunicación con tu lector.
Cualquiera curra haciéndose famos@ inventándose méritos que en realidad no tiene y sin la menor vergüenza se autoproclama escritor como si fuera algo que aparece por ciencia infusa
y en realidad, apenas junta cuatro letras de las cuales no se entiende un pedo.
Cualquiera se dedica a la edición de estilo y arruina cincuenta libros decentes de los mismos cincuenta boludos que le pagan para que los arruine, porque la edición de estilo, como sabrán se cobra a precio oro.
A mí me enferma, sinceramente, será porque soy escritor de los de antes y veo cada idiotas dando cátedra, que si los apurás un poco no entienden siquiera para que sirve una preposición o cuando va un de o cuando va un en (por ejemplo).
Tipos sin talento, que fotocopian a gente con talento y lucran vendiendo las fotocopias que son casi una reproducción apócrifa de poemas con firma (por ejemplo).
Así que Mati, vos tenés el arma, que es el talento. Eso no te lo puede quitar ningún paspado.
Los escupitajos se aguantan o se devuelven. Cuando uno empieza a devolver, Patito, ya vas a ver que el que te escupe se queda repentinamente sin saliva, porque hay que demoler con argumentos las posturas, sin pelear, sino debatir. Hacer del argumento literario un arma.
Y ya no doy más lata, porque si subo un cambio, hablo toda la noche.
En realidad esto lo escribí en un principio pensando algo parecido a lo que dice Pato, es decir, hartarse del arte porque nos demuestra regularmente lo efímera y vana que intenta ser la vida.
Pero pasado el ataque de pesimismo, recordé las pinturas de Dalí, y me pareció que esas palabras podrían pertenecerle.
De ninguna manera podría llegar a ser tan desalmado con mis monstruopalabras, sobre todo si critico a tantos escritores hijos del mercado como Coehlo.
Gavrí yo soy puteadora empedernida, pero cuando hablo con alguien que no conozco mucho, supongo que por respeto, me cuido.
Pero si hay que decirlo, lo digo CARAJO!
Jajjajajaj!!
Che, un placer!
Crear es adictivo y peligroso pero también es una sensación placentera.
Saludos.
Cuando Dalí estaba deprimido,ella solía escribir unas frases en pedacitos de papel,donde formulaba peticiones o deseos. Uno de ellos es:
"Que Dalí esté fuerte,sano,saludable,que camine perfectamente,que no tiemble más,esté alegre,contento,fuerte,sano,feliz,
vivir en Nueva Cork,yo sana,bella,maravillosa,joven" y todavía hay una palabra más indescifrable,pero parece que diga "milagro".