"...porque aunque hiciéramos tantas veces el amor la felicidad tenía que ser otra cosa, algo quizá más triste que esta paz y este placer, un aire como de unicornio o isla, una caída interminable en la inmovilidad."


¿Porque tantas renuncias? Partirse la cara contra ese espejo invisible que nos devuelve una imagen hermosa, como de circo o dulces. Y por fin entender que mas allá de eso no existe ni circo ni felicidad y que por mas que busquemos la tan mentada felicidad, nunca se hallara detrás de flojos relieves, de densos instantes. Es cierto, terriblemente cierto que nuestra búsqueda tiene que ser otra cosa que el placer o la satisfacción...pero cual...¿cual es?



Comentarios

Antonio Porpetta ha dicho que…
Gracias, Matías, por tu generoso comentario.

Entradas populares