Lleva una vida borrar lo que un instante te marco en la piel









Hoy cuando desperté me acorde de ella. Recordé su cuerpo juvenil, su aire de muñeca profanada a la que le han quitado el vestido para descubrir su sexo. 
Me acorde de los besos robados en la noche, de los encuentros con su cuerpo de porcelana, de las manos temblorosas explorando suaves declives, toscas e inmaduras formas de mujer. 
Yo también era inmaduro, yo también creía en el amor en esos tiempos.

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